1
En un caldero de fondo grueso calienta el aceite de oliva y sofríe la cebolla durante 5 minutos, agrega el ajo y los tomates. Deja cocer a fuego medio hasta que se seque el líquido. Añade la albahaca y el orégano, mezcla e incorpora el azúcar y la leche. Deja cocer durante 3 minutos. Apaga y deja refrescar.
2
Mezcla la harina, el polvo de hornear, el azúcar y la sal. Añade el aceite y la leche, poco a poco hasta formar una masa. Divídela en 8 porciones y déjala reposar en la nevera por 30 minutos. Precalienta el horno a 350°F. Enharina una mesa. Coloca la masa y extiéndela con un bolillo hasta que quede de 14" de espesor. Coloca cada pizza en una bandeja engrasada y enharinada, perfora con un tenedor y hornea durante 12 minutos. Saca del horno, coloca un poco de la salsa y un poco de queso por encima.